Los momentos flamencos se
escriben en la historia por pasos, hechos que ocurren en momentos puntuales y
que hacen un punto y aparte en la historia.
El Festival Flamenco Tío Luís
el de la Juliana 2015, sin duda alguna ha puesto un punto y aparte en su
historia.
Rocío Marquez, ¡Viva el Café
Cantante! y Esperanza Fernández han sido por excelencia el arte flamenco en las
formas más ortodoxas y más evolutivas del mismo.
Siempre, en la historia del
flamenco de forma paralela han caminado de la manos diferentes estilos de
entender el cante, desde un Pepe Marchena o Juanito Valderrama o Vallejo, a
Manuel Torre, La Niña de los Peines o Antonio Mairena.
Rocío Marquez, trabaja la
voz, la cuida, la mima y la proyecta con sentimiento, arañando en los bajos y
subiendo en los altos como si fuera la última vez que va a cantar.
Rocío cuida cada momento de
su recital, lo tiene muy trabajado, quiere demostrar al público que ella sabe y
conoce los entresijos de un cante a veces difícil de comprender, cuando por
encima de una partitura, está el sentimiento.
Pero ella lo consigue y de la
mano de Miguel Ángel Cortés que merecería una mención aparte.
Su toque de guitarra,
profesional, con duende, con sentimiento, con expresividad y sabiendo darle a
la cantaora su sitio, su toque, lo que ella le pide.
El segundo día, nos
trasladamos a Sevilla, Al Café de Silverio y al Burrero, de la mano de ¡Viva el
Café Cantante!
No se puede expresar de forma
más sencilla y contundente como era el flamenco en esa época, de la mano de
Eulalia Pablo Lozano, que nos lleva de la mano por los callejos del cante en su
más pura esencia. Ojala triunfen, lo merecen.
Bailes por soleá sin adornos,
sencillos, cortos como los de antes. Excelente Recuerdo a Ramón Montoya o
excelente interpretación de las siguiriyas de Silverio.
Qué más podemos pedir.
Y cuando ya parecía que no se
podía dar más de sí, llega Esperanza Fernández y pone al público en pie con un
recital exquisito, a la más pura tradición flamenca heredada de su familia y
con ella Miguel Ángel Cortés y su toque para acompañar, y las manos maestras en
las palmas de Vanesa Coloma y Miguel Téllez.
Los dos pusieron al público
de pie, que desde el primer instante se entregaron a esa caña rítmica a esas
siguiriyas a morir, a los tangos, a las alegrías a las bulerías, en donde sus
pasitos en el baile pusieron el colofón a una magnifica noche difícil de
repetir.
Esta cantaora tiene en la
sangre flamenco, su piel transpira flamenco, su corazón late por soleá, su alma
se queja por siguiriya, su duende aflora desde los pies a la cabeza.
Al final de un recital más
que generoso y entregada a darlo todo a pesar de que incluso estaba enferma con
algo de neumonía. Recibió el merecido premio Tío Luís el de la Juliana 2015 de
la mano de Marisa Muñoz, Presidenta del Patronato del Colegio Mayor
Universitario Isabel de España.
Quiero darles las gracias, al
Colegio Mayor Universitario Isabel de España con Marisa Muñoz, Nicanor, Pilar,
Rocío y todo el personal auxiliar que sin ellos esto no sería posible.
A los técnicos de sonido, por
su buen trabajo con Emilio a la cabeza.
A Alfonso, por sus fotos que
a veces le tengo loco pidiéndoselas.
Y a todo el personal del
público que llenó cada uno de los días que son quien mantiene vivo la ilusión
de seguir años tras años.
Gracias.