sábado, 15 de noviembre de 2014

DOS DE MALAGA

Puede resultar curioso el título de dos de Málaga, pero así es.
Primero y por respeto como no, a la trayectoria artística de los cantaores, hemos de hablar primero de Cancanilla de Malaga y posteriormente de otra artista, Isabel Guerrero.

En el círculo flamenco de Madrid, el pasado jueves, disfrutamos del arte flamenco de Cancanilla de Malaga con la guitarra de Chaparro y las palmas de La Chanete.
Con Cancanilla cada noche es una sorpresa, tiene el compás en la sangre, es puro arte. Por motivos de trabajo solo pude quedarme en la primera parte, pero me fui lleno de satisfacción por haber escuchado al maestro Cancanilla por Bulerías, metiendo una siguiriya en medio, por tientos tangos, Soleá por Bulerías. Cuando canta Cancanilla, con esa voz tan personal, con ese duende de magisterio, con esas formas flamencas de estar en el escenario, parece que se para el reloj del tiempo, por que todo el tiempo es suyo, es de ese momento.

Y el viernes, ayer, vimos que Málaga sigue dando cantera, una joven cantaora de Fuengirola Isabel Guerrero, nos deleitó con su sello personal en la Peña Flamenca Duende acompañada por otro joven en la guitarra como es Pablo Vega.
Isabel, es pura ternura como persona y es toda una cantaora como artista. Conoce los cantes y los transmite como si los viviera en ese mismo momento, Soleá, Guajiras, Caracoles, Bulerías, Fandangos, Malagueñas, Cantes de Levante... Derroche sin más, demostrando al mundo que ella sabe cantar, sabe estar en los escenarios, sabe poner estilo propio en lo que hace.
Empezó la noche tardía, pero como dice el refrán nunca es tarde si la dicha es buena, y vaya si lo fue.
Pablo Vega, se abre camino, se está haciendo un hueco y la verdad es que se lo merece, su toque es fino, limpio, sabiendo que está acompañando, sabiendo que él no es el artista, él solo debe estar al servicio de la cantaor, pero ojo, eso no es fácil de hacer y Pablo sabe hacerlo, por que sabe que su arte, su duende de la guitarra, depende de que sus manos le den el toque preciso y justo que Isabel le pedía.
Con esa conjunción, todos disfrutamos.


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